Malvinas, irrenunciable territorio patrio/CDCeHAJ*

Muchos riocuartennses salieron a las calles a agitar banderas para despedir los restos del héroe de Malvinas Luis Darío José Castagnari. El cortejo fúnebre comenzó en el aeropuerto y concluyó en la parroquia Sagrado Corazón de Río Cuarto en donde descansará junto a su hijo (tal cual se lo había pedido a su esposa este Capitán post mortem en caso de caer en batalla). Frente a ello, la Comisión de Desarrollo Cultural e Histórico Arturo Jauretche respeta y comprende con la mayor de las sensibilidades la decisión de los familiares y sienta posición sobre la “repatriación” de los restos de nuestros soldados que murieron en la Guerra de Malvinas y aún permanecen en nuestro territorio usurpado.
Luis Darío José Castagnari
La gesta patriótica de recuperación de nuestras Malvinas fue una de la causas más heroicas e importantes, al menos de los últimos 150 años de nuestra historia nacional, y que la lamentable campaña de “desmalvinización” de posguerra no ha logrado desprender de ella los conceptos de causa grande y justa que anida aún en la conciencia patriótica de nuestro pueblo. Pese a la persistencia de esta campaña azuzada desde el norte durante todos los gobiernos desde 1983 en adelante, que procuró arrebatar el legítimo orgullo de sus combatientes de haber participado en dicha gesta. De todo el pueblo que abraza la valía de la conciencia nacional depende la defensa del interés patrio frente a los intentos desmalvinizadores y antinacionales.

Nuestros combatientes, muchos de ellos partícipes de combates épicos, aún necesitan conocer de nuestro orgullo por el legado patriótico que nos dejaron. Por eso, la reciente llegada a nuestra ciudad de Río Cuarto de los restos mortales del Capitán Castagnari, comando de la Fuerza Aérea que se encontraba sepultado en el cementerio de Darwin, no debe hacernos a olvidar que nuestra irrenunciable soberanía sobre las Islas nos lleva a bregar que las tumbas de nuestros soldados caídos en Malvinas deben mantenerse allí como símbolo reivindicatorio. Más allá del deseo entendible de su familia de que sus restos descansen junto a su hijo fallecido de sólo tres años. Puesto que la muerte patriótica de aquéllos centinelas expresa el continuar en la heroica y perpetua custodia simbólica de nuestra irrenunciable soberanía sobre esos territorios de nuestra patria.

De lo contrario, hablar de “repatriación” de los restos mortales de nuestros combatientes, impulsada en forma intencional por los ingleses y respaldada por el actual Gobierno -que lleva adelante sus planes de continua desnacionalización de nuestros territorios y riquezas-, implica una tácita y deliberada renuncia de nuestra soberanía, que habría de implicar la partida de sus heroicos custodios de los territorios en los que dieron su vida. Del miso modo, la “repatriación” de los restos sugiere la ofensa de que los soldados murieron hace más de treinta años invadiendo un territorio ajeno, cuando la verdad histórica dicta que dieron su vida en defensa del territorio patrio contra el usurpador imperialista ingles.

Quieren arrancar también de nuestra conciencia que aquellos héroes yacen allí continuando, cual implacables  vigilantes y desde sus tumbas, con la defensa irrenunciable de nuestras islas por la que allí dieron sus vidas.

*Comisión de Desarrollo Cultural e Histórico Arturo Jauretche.

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