Macri y la entrega de Malvinas/Gustavo Terzaga

Malvinas es un enclave geopolítico estratégico sin igual, mira desde el Atlántico Sur a la entrada de la Antártida y junto a las bases militares de EEUU hacia el interior del continente americano uniendo los dos océanos.
Malvinas es un enclave geopolítico estratégico sin igual, mira desde el Atlántico Sur a la entrada de la Antártida y junto a las bases militares de EEUU hacia el interior del continente americano uniendo los dos océanos.

Desde 1833 el imperialismo británico viola nuestra soberanía nacional en el Atlántico Sur, al tomar posesión ilegítima de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. La recuperación del territorio perdido constituye una de las claves de nuestra emancipación nacional. El nuevo gobierno de Mauricio Macri ha abordado la cuestión desde una postura novedosa en relación a la gestión anterior. ¿Qué pretende la Alianza Cambiemos con las islas? ¿A qué responde la estrategia del gobierno?

Es menester distinguir que en la dinámica doméstica existen dos proyectos de país que se han mantenido en pugna a lo largo de toda nuestra historia. Uno es el que instala al pueblo como principal beneficiario de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social. Proyecto que lleva el germen de las banderas de las gestas antiimperialistas de San Martin y Bolívar. Del otro lado está la oligarquía vernácula responsable de las crisis y el hambre que persiste aún en un país inmensamente rico y escasamente poblado. Este sector antinacional se materializa como el enemigo histórico de nuestra patria. En ello se debate la vida nacional. La dignidad de la patria liberada o la frustración de la colonia sometida y atomizada.

La restauración conservadora que llega al Ejecutivo en 2015 a través del voto popular se está ocupando con gran vigor de consolidar el modelo de país que empezó a diseñar en 1976 la dictadura oligárquico-imperialista, que sepultó la segunda ISI (industrialización por sustitución de importaciones). La planificación económica de aquel gobierno también estuvo a cargo de CEOs, siendo José Alfredo Martínez de Hoz el intelectual orgánico de mayor peso, quien se encargó de estructurar un país colonial, dependiente, endeudado, sin valía propia, sin industria ni empleo, sin trabajo ni trabajadores, con hambre y sujeto al arbitrio de agentes externos. En alguna medida, Mauricio Macri y su gabinete de empresarios expresan la re-edición de aquel proyecto, ya que desarrollan un programa desde el Estado y los medios masivos de comunicación empecinado en borrar del pueblo toda memoria y conciencia histórica.

El blooper diplomático, la contraofensiva inglesa y la conciencia nacional

Con el Brexit, Gran Bretaña viró el foco de su política exterior de alianzas y se vio obligada a decidir entre Estados Unidos y Europa. Por cuestiones de peso específico eligieron por la potencia norteamericana. Esa histórica “relación especial” anglo-americana tiene tratados y acuerdos militares vigentes desde hace más de 70 años, antes de nacer la OTAN, inclusive. Por ejemplo, mediante estos sistemas de alianzas estratégicas fue que Estados Unidos cooperó con los ingleses contra Argentina durante la Guerra de las Malvinas en el año 82. Podríamos arriesgar entonces que si bien la ocupación ilegal de nuestras islas es inglesa, quien se encuentra detrás es EEUU.

Más allá de los desaguisados diplomáticos y el amateurismo de nuestro presidente en el exterior, la línea que impulsa el gobierno nacional a través de la Canciller Malcorra -funcionaria de la burocracia diplomática internacional y ciudadana española- se hace evidente con la firma de pre acuerdos para la explotación de hidrocarburos en el territorio usurpado. Es un preludio de la entrega total. Mediante insólitas concesiones unilaterales que contradicen, torpemente, los anteriores reclamos diplomáticos y denuncias de usurpación.

Semejante liviandad y cipayismo agravia además profundamente la memoria de nuestros héroes caídos en la gesta bélica de Malvinas. Inclusive, con esto se sientan precedentes legales y jurídicos difíciles de desarticular en el futuro y que podrán, efectivamente, ser usados en nuestra contra.

Mientras el presidente de la nación dice, generando confusión y desconcierto entre las partes, que Inglaterra está presta a discutir sobre la soberanía, en ocasión del fugaz saludo entre Macri y la premier Británica May- nueva líder del Partido Conservador británico-, desde Londres programan para mediados de octubre un ejercicio militar con sus tropas apostadas en las Islas Malvinas, que incluye lanzamiento de misiles. Esta actividad viola todas las resoluciones de las Naciones Unidas y pone en peligro a las embarcaciones de producción pesquera de toda nuestra costa del sur.

El régimen Macrista se gana así el primer conflicto internacional con Gran Bretaña por la cuestión Malvinas al verse obligado a citar al embajador Mark Kent y pedirle explicaciones por los ejercicios militares y el lanzamiento de misiles previstos en el archipiélago. Esta ofensiva se presenta entonces como una contundente manera de visibilizar su poderío bélico y toda su impronta avasallante sobre la Argentina, como para clausurar toda duda sobre el tema soberanía. El blooper diplomático, la decisión de Gran Bretaña y la protesta de la Cancillería repercutieron con fuerza en el Parlamento e incluso dentro del interbloque Cambiemos, volviéndose el tema Malvinas un verdadero karma político para el gobierno nacional.

Los elementos señalados nos llevan a pesar que Mauricio Macri representa de modo descompuesto, con impericia e ignorancia, el proyecto histórico de la oligarquía vernácula, lo cual se expresa también en el plano económico donde se ensaya un aperturismo ruin y se beneficia al complejo exportador, reduciendo la recaudación tributaria. Respecto a la soberanía, ya en 1997 Macri había mostrado su vena antinacional, al recurrir al apotegma sarmientino: “el mal que aqueja a la nación es su extensión”, claramente, con menor prosa y densidad conceptual que el mitrista cuyano. Desde las playas de Punta del Este, el entonces presidente de Boca, dijo a Página 12: “la verdad es que los temas de las soberanías con un país tan grande como el que tenemos nunca los entiendo mucho. Nosotros no tenemos un problema como los israelíes, que tienen problema de espacio”. Acto seguido, desprestigió la conciencia nacional y espetó una lógica administrativa y falaz al sostener que “las islas Malvinas serían un fuerte déficit adicional para la Argentina. Tengo entendido que al Tesoro de Inglaterra le cuesta bastante plata por año”.

malvinas3Lo que está sucediendo en la Argentina con Malvinas hiere a toda la región, lastima profundamente la fibra de la unidad Latinoamericana y es un riesgo para la paz de América del Sur. La causa Malvinas atraviesa sensiblemente todas las capas de la sociedad Argentina y como pocas cosas marca la antinomia entre lo nacional y lo antinacional. Inevitablemente será este retroceso un bumerang político que va a determinar la configuración de una lucha por la liberación nacional en un estadio superior que refute al proyecto oligárquico que desguaza el Estado, nos desorganiza y nos prohíbe el libre ejercicio soberano.

Y para que ello ocurra es imprescindible la maduración de un programa real de liberación de la patria llevado adelante por la mejor representación de nuestro campo popular en el gobierno y en el Estado, y entendiendo objetivamente que la conciencia nacional revolucionaria es propia de la clase trabajadora, caudilla de toda la sociedad.

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