Como venimos sosteniendo en este portal, las arremetidas del gobierno de Macri, alianza política que representa los intereses de clase del bloque hegemónico de poder dominante, se deben en gran parte a la dificultad del kirchnerismo para consolidar una nueva hegemonía en beneficio de las mayorías nacionales. No lo logró estando en el poder y difícilmente lo logre por fuera de la estructura del poder central del Estado. Esto no implica desconocer los aciertos del gobierno anterior en lo social, económico, cultural y político; ni negarle un rol clave en el devenir, acercando a lo más progresivo de los estratos medios al bloque nacional para frenar la entrega de Macri.
Un análisis serio de dónde venimos debe atender al incremento del poder adquisitivo del salario durante el periodo 2003-2015 (llegando a ser el mayor poder adquisitivo de la región con el mayor piso salarial); la recuperación de algunos resortes claves de la economía; el aumento de la redistribución del ingreso en comparación a los 90; la reconstitución del tejido industrial; las políticas de incremento de los derechos individuales y la conducta que desde el Estado se tuvo respecto a los crímenes de la dictadura, por mencionar algunos punto claves. Pero también debemos tener en cuenta: la concentración económica, la extranjerización del aparato productivo, los reiterados “parches” y la falta de reformas estructurales y la derrota en manos del enemigo del interés nacional. En fin, las reiteradas tareas que el kirchnerismo dejó inconclusas y, en cuanto gobierno nacional popular, debió haber llevado a cabo durante 12 años de gobierno. Un análisis que se asuma profundo no puede hacer la vista gorda sobre los motivos y condiciones que hicieron que esta realidad sea hoy posible.
En ese sentido, cabe mencionar que el gobierno de CFK comienza a hacer agua en la “profundización del modelo” en la medida en que fragmentó su base de sustentación al romper con gran parte del movimiento obrero organizado, pilar fundamental de cualquier expresión que se proponga el fortalecimiento de la nación y la liberación definitiva de la patria. La ruptura con parte del sindicalismo es un epifenómeno de la lógica de construcción política presente durante la primavera kirchnerista. El verticalismo personalista. Modo de conducción política aborrecido por referentes sindicales de dilatada trayectoria y abrazado con fervor por las juventudes kirchnersitas que veían en la obediencia absoluta la garantía para incrementar su capital político.
Ésta lógica, sin dudas, fue uno de los puntos centrales del talón de Aquiles del kirchnerismo. Al ser la sumisión total la conducta bien valorada y recompensada, CFK se aseguró un movimiento fiel. Pero trocar cuadros políticos (que son quienes dinamizan la política, robustecen al movimiento nacional y fortalecen la construcción política con una visión en perspectiva criticando los aspectos endebles) por burócratas adulones trajo como consecuencia un movimiento político débil, sin iniciativa, con escasa formación y desorbitado fuera del poder. El precio de ese tipo de conducción política fue muy caro.
La situación política en Córdoba
Asimismo, es natural que quienes fueron moldeados por esta lógica de conducción política se atomicen fuera del poder y busquen reacomodarse bajo la sombra del PJ local, puesto que no conciben militar fuera del oficialismo. Contra lo que algunos compañeros de base creen, cuya honestidad no está en duda, UPC no reúne los requisitos necesarios para ser la herramienta del pueblo de Córdoba en la lucha contra Macri, ya que es muy difícil cumplir ese rol mientras el gobernador vive elogiando al gobierno nacional. Frente al justificativo que estos compañeros plantean de “no entregarle la provincia a Macri y a los radicales”, consideramos falsa la dicotomía sobre la cual se basan (radicalismo cordobés contra el peronismo), ya que ambos –UCR y PJ- son expresiones distintas del neoliberalismo y tributan a lo que podemos categorizar como: partido único neoliberal cordobés.
El acompañamiento de los diputados de De la Sota y Schiaretti (el bloque Unidos Por Una Nueva Argentina, Córdoba) a las leyes que impulsó la Alianza Cambiemos y que comprometen el futuro de los argentinos, como el pago a los fondos buitres, el endeudamiento o el blanqueo de capitales, da cuenta de que nuestro gobernador es más que un aliado político de Macri. Es partidario del modelo neoliberal que Cambiemos instaura.
Para afirmarlo no hace falta retrotraernos a la intentona de De la Sota, ni bien asumió, de reformar el Estado privatizando todos los servicios. En abril de este año, en una entrevista para el diario La Voz del Interior, el gobernador Schiaretti dejó entrever desde qué enfoque analiza la economía de la nación y de Córdoba. El mandatario provincial considera que la economía no crece porque la política fiscal no se condice con la política monetaria, que es contractiva y correcta, según su parecer. Es decir, ve como un acierto del presidente del Banco Central (Federico Struzenegger) al ajuste monetario, pero, asimismo, reniega del alto déficit fiscal. Un planteo recurrente de los economistas ultraneoliberales. El peronista Schiaretti, al igual que José Luis Espert, le pide al gobierno sintonía fina en su programa de ajuste.
Una buena referencia para divisar la orientación política de este gobierno se encuentra en los resultados electorales de la última elección. Desde hace ya tiempo, en los departamentos sojeros (San Justo, Marcos Juárez, Roque Saenz Peña, General Roca, Juárez Celman, Río Cuarto) UPC obtiene la parte del león que le permite ganar la provincia, a diferencia de lo que ocurría históricamente, cuando el peronismo obtenía gran respaldo de los trabajadores industriales en las zonas fabriles. Esto explica el compromiso del peronismo cordobés con la pampa gringa y el consecuente rechazo de UPC al aumento de las retenciones en el año 2008, el apoyo a la quita de la presión impositiva al campo, el escaso impuesto inmobiliario rural y la participación del banco de la provincia de Córdoba en sintonía con el poder financiero internacional en la devaluación de 2014 para beneficiar a los exportadores con un dólar alto.
Como vemos, intentar distinguir al PJ local del radicalismo es una tarea imposible. Puesto que son distintas plataformas políticas con mismos programas. De hecho, hasta mantienen una alianza tácita. Entre ambos partidos gobernantes existen visibles acuerdos y un pacto de no agresión que garantiza la gobernabilidad de ambos, uno en la provincia, otro en la ciudad. En diciembre de 2015, Unión por Córdoba contó con el apoyo legislativo de los radicales y el PRO para ajustar a los jubilados con el cambio del cálculo con el que se obtiene el haber (los jubilados provinciales pasaron de cobrar el 82% del salario en bruto, a percibir el 89% del salario neto, perdiendo, así, poder adquisitivo). Por otro lado, en el Concejo Deliberante de Córdoba, la banca de UPC apoyó la propuesta de la UCR de generar el Ente Autárquico, fuertemente criticado por los trabajadores del Estado municipal y gran parte de la ciudadanía por el peligro de que se constituya un municipio paralelo y por las fuentes de trabajo que se perderían si el Ente trabaja sobre áreas y funciones ya cubiertas por empleados del municipio.
Vaya si será fuerte la ligazón entre UPC y el establishment que recientemente Macri logró bajar a De la Sota de la contienda de octubre y negoció una campaña de baja confrontación. A raíz de las declaraciones del ex gobernador en el programa Juntos de la Cadena 3, en donde afirmó no tener problemas en acompañar a Macri si llama a un gobierno de unidad nacional, “en donde haya peronistas no kirchneristas, radicales y gente del Pro”, muchos especulan que el caudillo del PJ cordobés arregló no figurar en octubre a cambio de un lugar expectante en un eventual gobierno de unidad. Situación plausible si tenemos en cuenta la fragilidad en la que se encuentra la paz social; amenazada por: un consumo planchado y a la baja, pérdida de poder adquisitivo del salario, un gobierno con vocación de devaluar, alta inflación, créditos altos, aumento de la desocupación, incremento de la importación de manufacturas por sobre insumos, aumento del endeudamiento sin capacidad de repago y recesión.
En consecuencia, la inexistencia en Córdoba de un partido que represente el interés de las mayorías nacionales, constituido por representantes de esa mayoría hoy escamoteada por los gobiernos de turno, genera un vacío aprovechado por radicales y peronistas, hacedores del falso bipartidismo. Dos caras de una misma moneda, el partido único neoliberal cordobés. En efecto, consolidar una fuerza en las antípodas de los postulados con los cuales el neoliberalismo analiza la economía, la política y la sociedad, que democratice la producción y distribuya la riqueza, es el camino para romper esa falsa dicotomía.
Verticalidad de los liderazgos políticos en argentina y América latina. Es posible otro paradigma?. Verticalidad y liderazgos en el movimiento obrero. Falta de democratizacion en sus estructuras posibilidades de otros referentes en el movimiento. Sindicalistas con fortunas de empresarios acompañados por el voto de los trabajadores y las nuevas organizaciones sociales reemplazan en mejor forma y representación a la CGT domesticada según mi criterio?? Dudas y debates que espero leer en este portal.
Es importante el análisis político sobre la realidad de Córdoba. Algo parecido pasa en Sgo. del Estero, y en general en el país. Es parte de la crisis de este peronismo que no comprende que sin movimiento obrero en un Frente no hay posibilidad de emancipación nacional. Entre otros errores.