Asalto Pro al poder municipal en San Guillermo/Marcelo Schiavetti

Grave denuncia en municipio santafesino. Organizaciones políticas de San Guillermo acusan a la intendencia, bajo domino macrista, de incumplir la normativa municipal para designar cargos.

San Guillermo es una ciudad santafesina del departamento San Cristóbal, situada a 245 km al noroeste de la capital provincial, a 80 de San Cristóbal y 25 km al este del punto geográfico donde se tocan las provincias de Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero. Marcelo Schiavetti acusa en sus líneas la gravísima inconducta de la sección local de Juntos por el Cambio, bajo hegemonía del PRO, que para perpetuarse ilegítimamente en el poder luego del fallecimiento del titular legal, resolvió, sin pudor, modificar el régimen previsto para cubrir las vacancias en la normativa municipal. Sin pudor, decimos: para que no entren goles desapareció el arco.

No nos extraña esa conducta: el grupo faccioso tiene en la población esa discordancia entre la frase “republicana”, el verso de “tolerar al que piensa distinto”, “la libertad de la prensa” (cuando la controlan) y otras bellezas para engatusar distraídos, por un lado y el atropello despótico del periodismo crítico, la práctica tramposa de cambiar las normas para asaltar el poder si el voto popular las da la espalda, la cesantía del empleado que no se arrodilla ante la usurpadora del poder, por otro. Siguiendo el ejemplo de la etílica ex montonera Patricia  Bullrich, hoy devenida patrona de estancia (a juzgar por su apellido, nunca dejó de serlo), exhiben desprecio por el cuidado sanitario, tal como lo vimos en el caso de la Intendente del “interinato” eterno, bailando sin barbijo en una reunión pública, como si el virus fuese “un problema ajeno a nuestra ciudad”. En una palabra, para decirlo en términos de Martín Fierro, en San Guillermo, como en el resto del país, todo el macrismo hace como los teros: (“en un lao pegan los gritos/ y en otro ponen los güevos”). Al mismo tiempo, para que nada falte, esgrimen la defensa de “la seguridad” (jurídica), que han violado, con la complicidad de “El Litoral”, émulo de Clarín.

Es muy grave lo que acontece en San Guillermo desde que la trampa le permitió acceder al poder a una gente que degrada la política. Paradójicamente los que vienen de la no política  (advenedizos, oportunistas, mercenarios) y se auto denominan la «nueva política» vinieron a traer lo peor de la vieja, que tanto ellos decían repudiar y que tanto nosotros  repudiamos. Claro que la vulgar impronta antiperonista y la ignorancia política que abunda en la localidad les habilitaron la llegada  y convalidaron la trampa, (reformar el reglamento del Concejo Municipal para poder acceder al Ejecutivo Municipal, de manera quirúrgica, tal que la actual Intendente, de permanencia interina, subsista todavía hoy en ese cargo y dos Concejales radicales cuyo mandato vencido no fue renovado por el voto popular, accedieran a cargos conductivos) A partir de ahí el «todo vale» se ha hecho carne y lo peor de todo es que se fue  naturalizando.

Es muy grave que  la ambición desmedida y sus limitaciones los hayan llevado a «apropiarse» del Municipio de una manera espuria, como lo es casi todo su accionar. Avasallaron echando a todos los que ellos no consideraban aliados faltando el respeto y con el mal gusto que forma parte de su ADN.

Ya sabemos que el sector en el que participan tiene como referente al delincuente más prontuariado de la política Argentina y cuya mayor «cualidad» es la perversión. El perverso dice una cosa y hace lo contrario sin el más mínimo pudor, se victimiza, le echa la culpa al otro y no tiene el más mínimo remordimiento ni culpa.

Pero estos dilectos discípulos le disputan esas cualidades de manera “competitiva” y las llevan a la práctica de una manera asombrosa, como asombroso es el silencio y la complicidad de gran parte de la población, a la que otras cosas menores suelen horrorizarlas.

Es muy grave lo que ocurre en San Guillermo, el personal Municipal que no ha sido desplazado es amedrentado, el personal tiene miedo!!!: miedo de que los vean participando en algo que a ellos no les gusta, en manifestarse a favor de la oposición porque son perseguidos, amenazados o castigados. Esto NUNCA ocurrió en la localidad por lo menos en ese ámbito.

Pero resulta que después de perseguir, de castigar, de echar como a mansalva y sin remordimientos, a toda persona que no les resultaba afín surge la victimización y la afirmación de que la perseguida es  la Intendenta Interina!!! LA PERVERSIÓN AL PALO!!! Mauricio en San Guillermo ni larga con su patología!!!

Y por eso caben los interrogantes: ¿ahora piden seguridad? ¿Ahora piden sentido común? ¿y los que echaron no son personas? ¿No tienen familia?

También Invitan a cuestionar publicaciones “violentas”, invitan a censurar!!!…Es que llaman violencia a que les digan la verdad, a que les recuerden el odio visceral que se tenían con el Senador Felipe Michlig (Senador radical provincial por el Departamento San Cristóbal, al que acusaron de realizar “maniobras” por la no habilitación a las elecciones municipales del año 2015 del entonces candidato Pro, Juan Baudino, y que cuando les convino hicieron la Alianza para poder quedarse con el Ejecutivo municipal) y hoy se funden obscenamente en este engendro, que les mencionen que: violencia es hacer trampa, es intimidar, es menospreciar, es mentir , es “hacerse el boludo”( como el audio que circuló en los medios nacionales de la Intendenta Interina incitando a los jóvenes a infligir la ley de sanidad y reunirse en un predio local, “liberado” de policía y guardia urbana, porque ellos se harían “los boludos”), es discriminar, es calumniar a una persona que ya no está, que también tiene familia y llamativamente jamás se reparó en ello (campaña contra el fallecido Intendente Daniel Martina).

Simultáneamente, en otros ámbitos, también impacta la situación, desde hace años particularmente, nosotros la venimos padeciendo en distintos espacios donde nos pasan la factura  de una u otra manera, se nos ha calumniado y a pesar de haber desafiado a los “cobardes bocones” a acompañarlos a la Justicia para que nos denuncien;  como es lógico, no tuvieron el coraje porque saben que nunca encontrarán  pruebas que avalen sus difamaciones.

Pero el poder en manos de cobardes hace que tanto en el Municipio como en Instituciones, cercenar libertades se haya también naturalizado. Esas presiones las  padecen no solo empleados de distintos ámbitos sino también  el periodismo local en forma notoria y vergonzante.

Es que cierta “responsabilidad” de todo esto la tienen dirigentes que se miden con una extrema prudencia, lo hacen  a sabiendas que la vara nunca es la misma y el poder comunicacional de uno y otro lado tampoco, que por muchísimo menos de lo que está aconteciendo serían condenados y repudiados…..

Es así que esta nota está dirigida fundamentalmente a aquellos a los que su ceguera, por las razones arriba citadas, les impide aceptar que es muy grave lo que ocurre en San Guillermo y los desafiamos a discutirlo, a conversarlo sin pedirles que lleguen al sincericidio. Muy a pesar de que les sería aliviador despojarse aunque sea por un instante de tanta hipocresía, sería todo un avance dejar de predicar la filosofía “interina” (alude al carácter interino de la Intendente y su accionar carente de responsabilidad como se menciona a lo largo del texto) de hacerse los boludos.

San Guillermo ha sido conducido a lo más bajo en lo que a práctica política se refiere y su decadencia va de la mano de quienes ocupan un lugar indebido y lo hacen abusando de una autoridad que de ninguna manera tienen, que le permite a los dirigentes del otrora Partido Nacional y Popular hacer una publicación vergonzosa como la aparecida en el que fuera un diario y  hoy es un pasquín apéndice del grupo Clarín (El Litoral de Santa Fe) acusando al Partido Justicialista Provincial de persecución, mientras  nosotros le cuestionamos al mismo Partido la liviandad y la falta de decisión política, al no haber intervenido ya el Municipio por las atropellos cometidos por las actuales autoridades, avaladas y protegidas por el Senador Departamental.

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