Cuando los contagios diarios en Italia superaban los 30 mil marcando record de casos en noviembre del 2020, desde aquí observábamos absortos aquella catástrofe sanitaria. Hoy, en las puertas del período invernal, Argentina asiste a un recrudecimiento del avance de la pandemia con picos de 40 mil casos registrados en 24 horas. La imagen dantesca está aquí. Frente a esto, desafiando a una realidad apremiante, la Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba se mantienen reticentes a endurecer medidas que afecten la libre circulación.
En esa tesitura, desoyendo a docentes, padres y a la comunidad médica, Juan Schiaretti defiende la presencialidad de las clases en medio de una realidad sanitaria que no da tregua. Desde el Ministerio de Salud de Córdoba respaldan la decisión del gobernador aduciendo que las terapias están ocupadas en un 76%. Consecuentemente, aún hay capacidad de respuesta, explican. No obstante, los informes de nación dicen que el aglomerado más numeroso de Córdoba (la capital) está en alarma epidemiológica. Esto significa que, en las últimas dos semanas, la ciudad de Córdoba acumula más de 500 casos cada 100 mil habitantes. Asimismo, de los 26 departamentos provinciales, 18 tienen alto riesgo sanitario por el aumento de casos y ocupación. Frente a esta disyuntiva sobre el estado de situación sanitaria en el que se encuentra la provincia, entrevistamos al doctor Hugo Roland, infectólogo y ex director del Hospital Rawson.
El referente regional de enfermedades infectocontagiosas afirmó que a los números sobre ocupación de camas del reporte epidemiológico provincial “hay que tomarlos con pinzas”. La comunidad médica cuestiona los porcentajes que difunde provincia “porque son cifras relativas, depende del denominador que pongan ellos”, explicó. Roland señala que hay muchas contradicciones en la información oficial difundida. Por un lado, los informes dicen que el sistema sanitario tiene aún un resto de más del 20% de unidades de terapia intensiva. Mientras que, por otro lado, el ministro de salud reconoce públicamente que el sistema no da más. Lejos del diagnóstico de la provincia, “la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva dice que el porcentaje de ocupación es del 97%”, contrastó.
La situación es más delicada de lo que aparenta, aclara el responsable del programa VIH-Sida, quien sostiene que “hay una transmisión comunitaria explosiva”. Esto se advierte en el sistema hospitalario, explica nuestro entrevistado. Por caso, un “hospital de referencia” como es el Rawson, que el DR. Roland dirigió durante 13 años, “tiene más del 100% de ocupación porque tiene las guardias con internados”. Con el agravante que el sistema sanitario se satura “mucho antes” de que la ocupación llegue al tope por el desgaste de los profesionales de la salud. “En mayo las internaciones subieron un 110%” y no hay en paralelo un aumento del personal que acompañe la demanda. “Esto se traduce en agotamiento. Lo cual no tiene otro resultado que aumento de la mortalidad”. Por tanto, “prácticamente estamos en el colapso del sistema”, reflexionó.
Iniciativa Política: ¿Qué respuesta hay de parte de la provincia para administrar la crisis sanitaria en este contexto de aumento de contagios?
Hugo Roland: Hay dos grandes frentes de tarea; uno es el de vacunación y, por otro lado, tratar de que el virus no se replique. En Córdoba se ha apostado todo a vacunación, solamente. Corriendo el riesgo de que al replicarse el virus pueden producirse variables resistentes a las vacunas. Entonces la falta de una estrategia integral puede hacer fracasar la campaña de vacunación.
No perdamos de vista que en Córdoba las restricciones duraron 100 días el año pasado. Después se empezó a liberar todo hasta que en el verano, por ejemplo, estaba todo liberado como si la pandemia no existiese. Esa laxitud hizo que lleguemos a esta situación. Vale aclarar que las flexibilizaciones y los permisos no se impusieron porque el peligro haya sido superado, sino que han influido cálculos políticos u otras presiones. Las flaxibilizaciones no responden genuinamente a un análisis técnico y sanitario.
IP: A principio de año desde los medios de difusión que operan a favor de mayores apertura decían que los niños contagian menos esta enfermedad para justificar la vuelta a las clases presenciales por sobre la virtualidad ¿esta afirmación tiene asidero científico?
HR: No, eso no es verdad. No está comprobado. Por el contrario, aumentó el número de chicos infectados cuando se abrieron las escuelas. Ese tipo de afirmaciones son totalmente irracionales. El problema es que se moralizó y politizó el problema. Muchos instalan que “es un pecado” dejar a los chicos sin clases. Introducen el problema metafísico del “pecado”. Yo me pregunto, razonando en el mismo nivel, ¿no es acaso un “pecado” llevar a los chicos a un lugar en donde participarán de un experimento con resultado incierto como es hoy la presencialidad escolar, con toda la circulación que eso conlleva?
Hay que sacar este problema sanitario de la grieta política e ideológica. Hay que hacer una discusión técnica. Y la discusión técnica algunos no la quieren dar.
IP: ¿Por qué no quieren darla?
HR: No sé. Tendrán otros intereses; intereses políticos y económicos, también.
IP: En esta “transmisión comunitaria y explosiva” que mencionaste, ¿cuánto influye la presencialidad en las escuelas?
HR: Es difícil de medir, porque no se trata únicamente de los focos que se producen dentro de la escuela. Sino que hay movilización de gente y con ella se moviliza el virus… lamentablemente quienes están al medio son los chicos en edad escolar. No hay evidencia de que en la escuela no se contagie el virus. Todo lo contrario. Cada vez se sabe más que esta es una enfermedad de transmisión por vía aérea, no tanto por vía de contacto, como decíamos al principio. Fundamentalmente se adquiere por respirar aire que ha respirado una persona infectada. Entonces, tanto en las escuelas como todo lo periférico en torno a ellas hay focos de contagio.
IP: ¿Cómo analiza la administración de la pandemia por parte del gobierno de la provincia de Córdoba?
HR: No está bien. Si no hay una armonía entre las políticas de vacunación y de restricción es muy difícil llegar a buen puerto. Por ejemplo, los países que vacunaron más rápidamente como Inglaterra tuvieron a su vez cerrado un tiempo importante mientras inmunizaban a su población. Como la mayoría de los países de Europa.
No se puede creer lo que pasa. Por ejemplo, en Santa Fe dieron marcha atrás con la presencialidad en las aulas con 1.114 casos cada 100 mil habitantes por semana. Mientras que en Córdoba con 1.390 contagios registrados cada 100 mil habitantes continuamos con las clases presenciales. ¡No sé que están esperando! La tasa de incidencia por 100 mil por semana, se usa precisamente para medir cuándo hay que cerrar. En Alemania con 165 se cierra, con menos de 150 no funcionan más los delivery. Hay una serie de cuestiones técnicas que acá no se le da importancia.
IP: De acuerdo a las estadísticas y la información acumulada desde que empezó la pandemia, ¿Cuánto tiempo debe transcrrir para que los resultados de las medidas aplicadas se hagan notar?
HR: Las medidas implementadas hoy, vemos los efectos en un transcurso de tiempo de dos semanas… por lo menos. Como para que tomemos dimensión, al día de hoy, estarían siendo internados los que se infectaron hace cinco semanas. Con estos contagios record que estamos teniendo, el pico de internaciones lo vamos a ver en unas semanas más adelante, a este ritmo de casos.
IP: ¿Esto quiere decir que en las próximas semanas la saturación es inevitable?
HR: A mí me parece que sí. No va a aflojar. En las próximas semanas seguirán aumentando el número de casos. Yo proyecto eso. No sé el gobierno. ¿Por qué no habría de seguir aumentando? Con el agravante de que, ya sea por las nuevas cepas o la vacunación, hay cada vez más casos graves en pacientes de menor edad y sin comorbilidades, en relación a lo que veíamos el año pasado.
IP: ¿Qué medidas deberían implementar para hacer frente a esta celeridad de contagios, casos graves y muertes?
HR: Inmediatamente aumentar las restricciones. Tratar de que las personas no se movilicen y relacionen entre ellas durante un periodo de incubación, que son 14 días. Eso es lo que deberían implementar desde un punto de vista técnico. Con celeridad. El problema está en que los gobiernos dicen que debe haber consensos políticos para implementar medidas. Nosotros decimos que si un bombero tiene un edificio incendiándose debe actuar, no puede esperar que se realice la reunión de consorcio. Esto quiere decir que no están a la altura de las circunstancias, ni de la responsabilidad que la situación amerita.
Excelente entrevista. Felicitaciones.
«Hay que sacar este problema sanitario de la grieta política e ideológica. Hay que hacer una discusión técnica. Y la discusión técnica algunos no la quieren dar.», me quedo con esta frase del Dr. Roland y no solo en el manejo de la pandemia actual, este país no le da lugar a los técnicos, a los que saben de determinados temas, puede más lo político y lo ideológico que lo razonable. Y lo peor del caso es que los argentinos terminamos pensando que de la misma forma que chamuyamos (o usamos la dialéctica para decirlo en lenguaje académico) a los demás podemos chamuyar a la naturaleza, a la física y a la química.