Malvinas y la colonización pedagógica/Gustavo Matías Terzaga

El Presidentre de la Comisión de Desarrollo Cultural e histórico Arturo Jauretche de la Ciudad de Rio Cuarto, Gustavo Terzaga expone aquí sobre la desmalvinización en tanto batalla cultural por nuestra identidad patriótica en las aulas.

Malvinas y la colonización pedagógica. Columna radial en el programa «Te de Ceilán» del https://www.multimediomordisquito.com.ar/ , del 20/4/2023.

Malvinas y la colonización pedagógica. Nota en el diario PUNTAL de Río Cuarto del 3/4/2023.

Recuerdo nítidamente aquel 2 de abril de 1991 en el que cursaba mi último año de primaria en la Escuela Normal Superior “Justo José de Urquiza” aquí en Río Cuarto, día en el que la Señorita Ketty nos planteó una interrogante en aquella clase alusiva que no iba a ser una clase alusiva más, de tantas en mi vida escolar. Aquel día arrojó una pregunta simple pero de respuesta esclarecedora; nos dijo: “¿Cuáles son sus héroes?” Rápidamente levantábamos la mano para mencionar a Súperman, Batman, el Hombre Araña, y demás superhéroes de animación e historietas que provenían de las usinas de creación cultural de otros países, y de la ilusión de aventuras a colores propio de aquella edad, claro está.
Aún siento la mezcla de asombro y conmoción al escuchar su respuesta: “Todos nosotros tenemos héroes, pero los hay de carne y hueso, y muchos de ellos son vecinos de nuestra ciudad, y son los héroes de Malvinas”.
Esas palabras conmovieron mi inocencia aquel día y me trajeron directamente a escribir estas líneas mucho tiempo después y a poder reflexionar sobre cuán importante es un docente en un aula frente al alumnado. Y cuán fundamental es si ese docente tiene formación nacional y sentido patriótico para vivir y enseñar.

Hace pocos días, por la mañana, en un acto por Malvinas en una escuela, me enteré que una maestra leyó un texto donde decía que los soldados argentinos estaban en tierras extrañas y que habían peleado una guerra sin sentido. Pienso que educar no solo es repetir un texto frío en una clase alusiva sino formar en valores a nuestros jóvenes y tener visión histórica con perspectiva nacional para formar argentinos que mañana tendrán a su cargo el destino del país. Existe allí una responsabilidad de la comunidad educativa para elevar la conciencia de nuestro pueblo a un estadío superior. En otras palabras, educar es combatir.

Ideas Extranjeras.
Es muy frecuente que en los ámbitos escolares y académicos se mire al país con el prisma de las ideas extranjeras. Tal idea cosmopolita de la cultura es, ni más ni menos, que la forma institucionalizada de la alienación cultural que se empeña en romper todo proyecto de nacionalización cultural en los países dependientes como la Argentina. Y así se aparta a las generaciones estudiantiles de la realidad nacional que se transforma a través del planteo de cada lucha social. Miradas eurocéntricas continúan transitando las aulas escolares, de esta forma el proceso de enseñanza y aprendizaje se traduce en negación del protagonismo real de las personas en nuestra historia, en resignación absoluta frente a la realidad, en vez de clarificar que la historia la hacen los hombres y mujeres de carne y hueso- como nuestros 649 caídos en las islas y nuestros veteranos de guerra de Malvinas con sus historias de arrojo, camaradería y patriotismo -y que la actualidad es siempre un proceso de decisión social anterior, como el futuro también será resultado del compromiso y decisión que se tome en el presente, y que mejor que sea con fuerte vocación pública y amor por la Patria. Porque en una nación aún inconclusa como la nuestra, toda historia es contemporánea.

Lo que ha caracterizado al dispositivo desmalvinizador de la pos guerra en las instituciones académicas, escolares y en la comunicación hegemónica desde los grupos de poder, es tratar de deshistorizar el fenómeno de la guerra con el fin de movilizar ciertas emociones derrotistas en el público e impedir entender la realidad tal como se presenta, y así ocultar cuáles son los intereses concretos de los actores Internacionales y los escenarios y estrategias que desde hace décadas, siglos, se vienen desplegando sucesivamente alrededor del control del Atlántico Sur y sus recursos, que son nuestros. Esa reducción a la insignificancia de los acontecimientos que se abrió a partir del 2 de abril de 1982 comenzó con la eliminación de la dimensión histórica, social, política, geográfica y comercial del conflicto. Deshistorizar Malvinas, fue el cometido.
Este dispositivo responde a la “colonización pedagógica” que busca disciplinar a nuestro pueblo para que conviva en armonía con su condición de subordinado. La premisa desmalvinizadora no es inocente, es premeditada: busca la autodenigración de un país sin líderes ni historias de héroes. Y así, héroes sólo tienen los EEUU, los ingleses, los países que juzgan nuestras elites como merecedores de la valentía y el sacrificio personal.

Desaparecer al combatiente.
La desmalvinización, como perniciosa operación discursiva, hizo desaparecer al combatiente y nos lo devolvió transfigurado en víctima, en una sombra de sí mismo. Esta mirada dominó por mucho tiempo los medios de comunicación, buena parte del arco político y las instituciones educativas: la imágen de “los chicos de la guerra”, una generación de antihéroes empujada al matadero por un “General borracho”. Sin embargo, y a pesar de ello, dicha gesta patriótica de recuperación de nuestro territorio usurpado ilegalmente sigue siendo una de las causas más heróicas e importantes, al menos desde los últimos 150 años de nuestra historia nacional, y que la lamentable campaña de pos guerra no ha logrado desprender de ella los conceptos de causa grande y justa que anida en su fuerza intrínseca y en la conciencia patriótica y en la memoria histórica de nuestro pueblo. Porque el pueblo rara vez argumenta, el pueblo afirma: “¡Las Malvinas son Argentinas!”.
La realidad no es un logro inmediato: hay alegrías y dolores, hay triunfos y derrotas, hay abandonos y perseverancias. El combate cultural por sustituir la importación de ideas en lo pedagógico, en lo cultural, en el poder mediático, en los modelos económicos, jurídicos y políticos que nos son impuestos, continúa.
¡Argentina tiene héroes!

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