Iniciativa Política llama a votar las listas de Creo en Córdoba

Manifiesto de Iniciativa Política frente a las próximas elecciones provinciales cordobesas de este 25 de junio.

El 25 de junio próximo, una vez más se enfrentan en la provincia las dos variantes del partido único neoliberal cordobés, que no discrepan en nada importante. Esta vez, como otras, se presentan por medio de alianzas meramente electoralistas, con pases de figuras de una fuerza a la contraria, algo que prueba la falta de principios que reina en ellas, y que se han evaporado, en los que otrora fueron  partidos populares, las respectivas tradiciones, alguna vez personificadas por Amadeo Sabattini y el Brigadier San Martín. Nada de eso está vivo, hoy, y en la partidocracia decadente que prevalece en Córdoba se pugna por dar muestras de quién  mejor coquetea con el poder económico y sigue más  perrunamente las fórmulas dictadas por la Fundación Mediterránea, los intereses mezquinos de los exportadores de granos y los centros financieros que medran a costa del Estado Provincial, mientras se ofrece a la juventud, para brindar al capital mano de obra barata, trabajos-basura, empaquetados como oportunidades de acceso al trabajo, y se manipula la obra pública y los contratos de provisión de bienes y servicios, que más de una vez sólo replican lo que hacen ya los organismos públicos y sus equipos técnicos, con el bastardo fin de justificar honorarios a los “asesores” amigos.

En ese marco, las corrientes nacionales y populares cordobesas han sostenido una posición errática, dependiendo lamentablemente de una cúpula verticalista que, además de asfixiar el desarrollo del espacio –algo que exige debates, democracia participativa y sólida elección de sus líderes y figuras, seleccionadas por su prestigio en las bases del movimiento, no por su docilidad ante la conducción suprema– ha mostrado una incoherencia y una inconstancia completa en la tarea de enfrentar al PJ menemista local, mero sobreviviente de la década del 90, al que se ha tratado como posible aliado, con reiterada ceguera.

Afortunadamente, la brutal franqueza que caracterizó en estos años a las posiciones adoptadas por el gobernador Schiaretti sirvió para aventar la menor duda: es un claro enemigo del campo nacional, alineado con la defensa del sistema mediático, las medidas de la Corte Suprema macrista (incluso cuando son dañinas para Córdoba, como el fallo a favor de CABA y el PRO) y la propuesta  de eliminar las retenciones al agro, que además de ser profundamente antipopulares contradicen hasta la pauta del FMI, pero es útil ganar el apoyo oligárquico. Estas (im) posturas, cercanas al PRO y alejadas de la tradición fijada por Perón, han creado una situación en la que es imposible no enfrentarlo, sin ser un cómplice del peor gorilismo. Este descaro franco del gobernador cordobés agotó la paciencia de aquellos que, habiendo permanecido en el Partido Justicialista, lo hacían para sostener las ideas del peronismo. Así, fueron gestándose diversas rebeldías en los últimos años, pese a las canonjías que se ofrecen desde el poder, ampliando la posibilidad de modificar positivamente la política provincial, una tarea que exige claridad, perseverancia y un grado de confianza en nuestros comprovincianos y las mejores tradiciones del pueblo trabajador y las mayorías populares.

En esas circunstancias, la gestación del espacio que presenta los candidatos incluidos en la lista CREO EN CÓRDOBA DE TODOS es un hecho que resolvió a nuestra fuerza, INICIATIVA POLÍTICA, a sostener la necesidad de votarla en las elecciones del 25 de junio, fortaleciendo así el reagrupamiento entre nosotros de las corrientes nacional-populares, a cuyo cargo está la tarea de sumar a los trabajadores y las mayorías provinciales a la lucha por impedir que el gobierno de la nación caiga nuevamente en manos de la tropa de ocupación extranjera que dirige el PRO, con Rodríguez Larreta, Bullrich y otros     discípulos de Macri, que pretenden dinamitar las pocas cosas buenas que quedan en pie del legado que nos dejó el peronismo clásico, en el ciclo virtuoso fundado por la movilización del 17 de Octubre de 1945.

No habrá avances posibles sin defender el terreno ganado en las elecciones nacionales del 2019

Aunque las disputas internas del Frente de Todos hayan sembrado una confusión al respecto, es un hecho claro que la derrota de Macri y la implantación del gobierno de Alberto Fernández constituyó un triunfo del movimiento popular. Lo ha reconocido, en un discurso reciente, la vicepresidente, al señalar que, pese a las críticas que le ha realizado, el actual es un gobierno “infinitamente mejor al que presidió Macri”. INICIATIVA POLÍTICA cuestiona el internismo que caracterizó la vida del Frente de Todos, y no tomó partido por alguno de los sectores que entraron en pugna. Sólo somos fieles al movimiento nacional y las mayorías argentinas, con especial predilección por nuestra clase obrera y los sectores postergados de nuestra sociedad, que han sido siempre los más fieles y firmes en la defensa de la patria, porque su suerte y sus intereses están aquí, en nuestro país. El pueblo goza cuando la patria florece, como ocurrió en los tiempos del General Perón y padece cuando gobiernan los que la han sangrado, fugando divisas y destruyendo la producción y el trabajo digno.

Es verdad que hubo limitaciones y errores, en el actual gobierno. Pero su gestión debe evaluarse, a nuestro entender, sin olvidar el contexto en que debió actuar, con la pandemia, la guerra de Ucrania, la sequía actual y, sobre todo, la herencia fatal dejada por Macri, que la prensa oligárquica minimiza, cómplice, por sus vínculos con quiénes se enriquecieron entonces, siendo además una beneficiaria más de los turbios negocios que perpetró el PRO, saqueando al país y sus grandes mayorías. Nuestra posición, dentro del campo nacional-popular, ha sido y será promover el debate de la problemática argentina y latinoamericana, sin internas autodestructivas, sin olvidar jamás al enemigo principal de las fuerzas nacionales, y promoviendo formas de protagonismo popular y democratización efectiva,  en el debate y la toma de todo tipo de decisiones, incluida la elección de líderes y candidatos, contra los métodos verticalistas de conducción política. Las definiciones programáticas que el país y nuestra provincia exigen, en condiciones extremas, no serán posibles si se somete a la militancia y el pueblo a un papel pasivo, mientras se declama la voluntad de “volver a enamorarlo”. Empeñados en estos fines, apostando a contribuir a la necesaria actualización programática y reconstrucción de un frente de liberación nacional definitiva, consideramos, precisamente por esto, que la obligación inmediata de las fuerzas populares es preservar su unidad y su salud interna, para impedir la restauración del enemigo proimperialista, que está empeñado en “dinamitar” al país. 

Una necesaria claridad de diagnóstico y un propósito firme de recuperar Córdoba

Hemos recibido con sumo agrado las declaraciones del candidato a gobernador de Creo en Córdoba, compañero Federico Alessandri,  señalando la asociación entre Schiaretti y Macri, con la conclusión de que “si gobierna Hacemos Unidos por Córdoba o Juntos por el Cambio a Córdoba le va a ir de la misma manera”. “Son lo mismo” –dijo Alessandri– hay una sociedad entre Schiaretti y Macri”. Desde INCIATIVA POLÍTICA hemos planteado, desde hace ya muchos años, que la provincia padece de esta situación, la existencia de “un partido único neoliberal cordobés”, con dos alas, que replica algo que vimos en la nación, en la década del 90, con el menemismo y la UCR, cómplices de la pésima Reforma Constitucional de 1994 y la subordinación constante, también compartida, a los dictados del FMI, y los centros financieros del poder global.

En nuestra provincia, esta complicidad es permanente y visible, en todos los ámbitos y ha motivado, más de una vez, cierto “reparto de poder”. La militancia nacional precisa advertir que en el caso del PJ cordobés la degradación sufrida ha calado tan hondo que afecta a las bases sociales mismas del movimiento fundado por el General Perón. En la provincia, el peronismo ganaba tradicionalmente en la capital y algunos centros fabriles del interior, mientras tenía dificultades para vencer a la UCR en el mundo rural, más conservador y renuente a las políticas del peronismo. Esa ecuación es parte del pasado, aún hoy, ya que el menemismo no murió en Córdoba.

Es necesario dejarlo atrás, incorporando a nuestra provincia al viraje que iniciaron las movilizaciones populares del 2001, coronado con la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación. Debe  ratificarse la voluntad popular del 2019, con la plena conciencia de que Rodríguez Larreta, Bullrich y sus secuaces de la UCR no harán un gobierno distinto al que sufrimos durante cuatro años de fuga de divisas y entrega del país. Hay que acabar de una vez con el ciclo de la  decadencia, en Córdoba y en el país. Hemos vivido ya las siete plagas de Egipto del gobierno de Macri. Llevamos en la retina las escenas del cortejo entre Schiaretti y aquél, graficando la danza de una etapa vergonzosa de la historia local. Es hora de que digamos basta y apostemos a dar comienzo a la reconstrucción de las fuerzas obreras y populares de Córdoba, votando a las listas del campo nacional. 

Córdoba,  a mayo de 2023.

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